martes, 14 de junio de 2011

La integración arquitectónica de la fotovoltaica: un reto para el futuro

Hoy en día, la integración arquitectónica de la tecnología fotovoltaica (FV) es cada vez más popular, pero si se cuentan los proyectos realizados, comparado con otros países, es todavía una forma de aplicación fotovoltaica muy poco explorada. En España ha predominado la instalación de huertos solares, debido a que el marco legal favorecía especialmente este tipo de proyectos. En los últimos años, se está reconvirtiendo esta tendencia y se está fomentando más la fotovoltaica en edificios. La aplicación de la tecnología solar fotovoltaica en edificios muestra claras ventajas comparada con los huertos solares en cuanto a la eficiencia energética, ya que se genera energía eléctrica en el mismo lugar donde se consume, sin necesidad de ningún combustible externo. Así que, con su integración en el espacio urbano se puede sacar el máximo provecho, ya que es la única tecnología renovable con estas características que puede instalarse a escala masiva en este tipo de entornos. Este hecho, junto con su alto grado de modularidad y flexibilidad, la convierten en "la tecnología del futuro", imprescindible en una nueva era de la construcción sostenible e integral. Como integración de la fotovoltaica en la edificación se entiende la sustitución de materiales de construcción convencionales por nuevos elementos arquitectónicos fotovoltaicos, generadores de energía.

Beneficios de la FV integrada

Si se compara con la tecnología fotovoltaica en general, la FV integrada en edificios ofrece beneficios adicionales que se resumen en:

Carácter multifuncional al añadir un elemento de generación de electricidad a las funciones tradicionales de la envolvente del edificio.

Reducción significativa de la carga térmica de los edificios en verano y los gastos relacionados con el aire acondicionado, debido a la función de protección contra la radiación solar directa y la consiguiente reducción del factor solar.



Sustitución directa de materiales de construcción tradicionales, que implican un ahorro de costes, ya que los elementos FV proporcionan un retorno de la inversión a medio o largo plazo.

Creación de nuevos conceptos de imagen corporativa en cuanto a innovación, ecología y sostenibilidad.

Aumento del valor del edificio por la incorporación de elementos constructivos económicamente activos.

En el pasado, los arquitectos y empresas del sector de la construcción han tenido dificultades para conciliar la tecnología FV con proyectos de arquitectura moderna y exigente, donde elementos FV estándar disponibles no podían cumplir con las especificaciones arquitectónicas. Actualmente, esto está cambiando ya que algunas empresas están creando nuevos conceptos para la fabricación de elementos FV más aptos para la arquitectura. Uno de ellos es la adaptación de los procesos tradicionales de manufactura del vidrio laminado de seguridad, para la creación de elementos FV que cumplan con los mismos estándares convencionales de la construcción, a parte de ser también un módulo FV. Los puntos importantes para obtener un producto de construcción de calidad son básicamente dos: la creación de un producto de máxima resistencia mecánica y de máxima seguridad eléctrica. Los elementos FV laminados con PVB (polivinilbutiral)son especialmente indicados para aplicaciones donde la seguridad de las personas es un aspecto primordial, como cubiertas o fachadas expuestas directamente al público. A parte de cumplir con estos retos tecnológicos, también han ido bajando los costes de material, lo que abre el camino para retornos de la inversión más cortos y menos dependencia del nivel de primas. Cualquier aplicación de vidrio en fachada o cubierta puede ser sustituida por vidrios FV. También otros elementos de edificios como el revestimiento de fachadas ventiladas, barandillas, lamas de protección solar, etc. pueden sustituirse por elementos FV.

Falta de incentivos

Entonces, ¿cuales siguen siendo las barreras para una masiva aplicación de la tecnología FV integrada en la edificación? En España, concretamente, no se ha fomentado de manera especial la integración arquitectónica como se ha hecho en otros países como Italia y Francia. Aunque las instituciones se han declarado siempre muy a favor de esta aplicación destacando su importancia, enrealidad no se ha podido disfrutar de ningún incentivo para promover proyectos de este tipo. Además, aunque se haya avanzado a nivel tecnológico y se hayan realizado diversos proyectos, en general, sigue habiendo poco conocimiento sobre las posibilidades de diseño de elementos de construcción con células fotovoltaicas integradas y su adaptación a la arquitectura más innovadora. Muchos arquitectos empiezan a considerar esta tecnología, pero los proyectos en muchos casos quedan poco definidos. Por tanto, durante la ejecución de la obra, la coordinación entre la parte estructural y la parte eléctrica muchas veces resulta difícil, ya que actualmente existen pocas empresas con experiencia en la integración completa de la tecnología FV. El objetivo final es la consideración de los productos constructivos FV como un "elemento normal de construcción". Para tal fin, los fabricantes deben seguir mejorando la funcionalidad de estos productos y seguir bajando costes. Pero el rol de la administración pública no es menos importante. Sería importante que, a parte de las declaraciones a favor de la integración FV, hubiera algún gesto más concreto para promoverla, con más proyectos de demostración, fomento de la formación en este campo específico y campañas de información. Pero también con incentivos económicos como se está haciendo en otros países europeos, donde las tarifas benefician a proyectos pequeños cerca del usuario y a la integración arquitectónica total.

Ingo Vosseler es director comercial de Vidursolar, empresa especializada en la fabricación de módulos FV para la integración arquitectónica.

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